Nuestra congregación

Fue fundada en la ciudad de Puerto Plata a principios del año 1924.

Duncan McCunn Reid, nacido en Motherwell, Escocia, el 6 de mayo de 1897 y su esposa Mary Campbell, que vinieron en el otoño de 1921 a la República Dominicana, fueron sus fundadores.

Durante el primer año se convirtieron tres personas. Éstas fueron: Marina González Colson, su madre doña María (Maraya) Colson viuda González (quien fuera la primogenitora del eminente pintor dominicano Jaime Colson) y su sobrino Antonio Miranda. Durante un período de unos cinco años hubo un estancamiento aparente. La oposición católica era tenaz.

En el año 1938, Ian M. Rathie, junto a Duncan Reid, comenzaron a realizar transmisiones de programas evangélicos por la radio, constituyéndose de esa manera en pioneros, no sólo en nuestro país, sino en toda latinoamérica.

En el 1947, llega James Cochrane, junto a su esposa Grace. Quien desarrolló una labor de enseñanza de valor inapreciable en la costa norte y la ciudad de Santo Domingo. Junto a los hermanos Donald Mcintosh y Ian Rathie, en el mes de septiembre de 1951, inció en la comunidad de Joba Arriba, Moca, los llamados Cursillos Bíblicos, con el objetivo de entrenar en la Palabra de Dios a los ancianos y líderes de las diferentes iglesias locales. Dichos cursillos, aún permanecen siendo de mucha utilidad hasta el día de hoy.

También colaboraron con los esposos Reid, las siguientes hermanas: las señoritas Marian Iverson, Marjorie Bolton y Emma Scheidt.

Con el tiempo, muchos fueron alcanzados por la poderosa fuerza del evangelio. Mister Reid junto con este formidable equipo de colaboradores, además de hermanos nacionales que se añadían día a día, trabajaron en toda la ciudad y sus alrededores y a lomo de caballo, prácticamente peinaron toda la costa norte. Se puede decir que desde Sánchez hasta Puerto Plata no quedó un rincón en donde no se anunciara el evangelio de la gracia de Dios.

El Señor ha guardado Su obra y por Su misericordia nos ha sostenido durante todos estos años. La labor iniciada por estos amados hermanos, aún hoy sigue en pie, sigue viva.

La Palabra de Dios es anunciada, la iglesia de Cristo continúa creciendo y el testimonio se mantiene guardado, brillando como una luz en medio de las tinieblas, con la luz de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

¡Hasta aquí nos ha ayudado Dios!

¡A Dios sea la gloria!